Los chicos de Club Houdini vuelven a la aventura en busca de un tesoro tan poderoso que puede cambiar el mundo. Se reencuentran con el mago y conseguirán descifrar un antiguo poema que habla de tres misteriosas llaves...
Los chicos del Club Houdini encuentran abierta la mansión abandonada del mago. Una vez dentro, descubren una misteriosa nota que les invita a confiar en ellos mismos y seguir buscando el tesoro.
Siguiendo las pistas del poema, el Club Houdini calcula que la primera llave del cofre estará escondida en el escalón 60 del torreón de la iglesia. Pero la torre sólo tiene 59, y eso que Mateo los cuenta varias veces.
Los chicos del Club tratan de entrar en la casa para rescatar a Houdini de un posible peligro. Una vez dentro, descubren que la mansión no está abandonada, sino decorada con artilugios de magia del célebre ilusionista.
Martina, Andrés y Mateo inspeccionan el castillo en busca de la segunda llave. Mientras, Tamara y Nacho vigilan desde afuera. Para enviar un mensaje urgente a los de dentro tendrán que discurrir algo.
Houdini forja la segunda llave para los niños. Nacho se enfrenta al mago y le hace ver que no puede ser Houdini, porque el verdadero Harry Houdini nació en 1874. Poco después, el Club recibe una desagradable sorpresa.
La salida de Tamara deja al Club muy afectado. Andrés ofrece a Diana que se una al grupo para encontrar la tercera llave. Martina no está muy contenta con esta nueva incorporación.
¡Al fin tienen las tres llaves! Antes de irse a Nueva York, Houdini se despide haciendo un juego de magia a Diana. Mateo insiste en que repita el truco, pero a Houdini se le ocurre algo más divertido.
Martina gana la apuesta con el vigilante de seguridad. El grupo consigue hablar por teléfono con Tamara, quien descubre la clave para encontrar el mapa dentro del museo.
La canoa permite al Club Houdini avanzar por el río en dirección al punto donde calculan que estará el cofre enterrado. Durante el descenso, Mateo descubre algo en la orilla de gran importancia.
Los miembros del Club Houdini son invitados a un programa de radio para contar sus aventuras. El periodista Juanma Castaño les pregunta qué nota les puso su maestra.
Martina, Andrés y Mateo recogen una película enviada por Houdini desde Nueva York. Renato, dueño del viejo cine del pueblo, les da una pista para buscar un objeto misterioso que hace 50 años escondió un actor famoso en un set.
Los niños necesitan consultar los libros de cine de la biblioteca pública. La entrada está custodiada por el vigilante, así que El Club tendrá que crear una distracción para colarse dentro.
Martina, Andrés y Mateo consiguen salir de la biblioteca, pero enfurecen a la pandilla de los mayores. Cuando recogen sus bicicletas, descubren que alguien les ha dejado una misteriosa taza negra.
Mientras los mayores se presentan a un cásting, el Club recupera la agenda. Martina llama por teléfono a uno de los cineastas, cuya hija dirige una escuela de especialistas donde preparan las escenas de acción de las películas.
Las investigaciones del Club llegan a un callejón sin salida, pues el tercer cineasta falleció hace años. Mateo propone visitar al Profesor Karma, un extravagante adivino que se anuncia asegurando que puede hablar con los muertos.
Mateo, Andrés y Martina consiguen resolver el código de la taza con la ayuda del globero del pueblo. Para acercarse a su siguiente destino deberán subirse al antiguo tren de Albacara. Allí les aguarda una enorme sorpresa.
Camino de la empresa Decorados Argento, el Club se encuentra con un rodaje cinematográfico. Hacen buenas migas con Felipe, un atrezista muy ajetreado que les indicará por dónde ir... en cuanto tenga un minuto libre.
Mateo, Martina y Andrés consiguen entrar en Decorados Argento. Mientras buscan la tercera foto, Felipe, el atrezista, les da una mala noticia: los mayores intentarán vengarse.
El Club consigue alcanzar la tercera foto. La nueva pista les dirige a un set de la película "El bueno, el feo y el malo". De camino, encuentran los restos de otro decorado abandonado, donde les saluda un amigo al que no esperaban ver.
El Club combina las indicaciones de las tres fotos y deduce dónde estará el objeto escondido por Clint Eastwood. Sin embargo, las fuerzas flaquean y Mateo sólo tiene un bocadillo para repartir entre los cuatro.
Gracias al hallazgo del Club Houdini, se recaudan fondos para reformar el viejo cine de Albacara. Renato el cineasta, ya recuperado, inaugura el nuevo odeón por todo lo alto, reconociendo la gran ayuda de Andrés, Martina, Mateo y Tamara.