El cine es la gran pantalla, una parte clave de la escena audiovisual. Sin embargo, con esa capacidad única que tiene el olfato para generar emociones, la industria del entretenimiento exploró desde muy pronto sus posibilidades para añadir un nuevo atractivo a sus películas, que tuvieran aromas y olores que consiguieran una experiencia más rica y atrajeran más espectadores a las salas de proyección.