En el hospital se lleva a cabo un juicio interno. En el banquillo están Andrea y Laura, que perdieron a un paciente y son acusadas de negligencia. Santiago se muestra muy contundente al interrogarlas con tal de clarificar los hechos que pueden ocasionar graves problemas para el hospital. La pésima relación que han mantenido Andrea y Laura durante el tiempo en el que han sido adjunta y residente llega a sus últimas consecuencias y provoca un enfrentamiento entre las dos en el lugar menos adecuado.
Por otro lado, un controlador aéreo sufre una crisis con alucinaciones y es trasladado a urgencias. Su novio resulta ser el hermano de Aimé, con el que éste no tiene una relación demasiado estrecha. El enfermo parece tener SIDA, lo que hace que los hermanos se enfrenten a una situación crítica.