Vilches atiende a un hombre con cortes de cristal en la mano, pero prefiere no dar parte a la policía. Cuando sale al parking descubre a su paciente rompiendo varias lunas de coches. Le grita y el hombre arremete contra él, con tan mala fortuna que Vilches se aparta, y aquél cae al suelo, dándose un fuerte golpe que le acaba costando la vida. Vilches es considerado sospechoso de asesinato.
A Víctor, un boxeador retirado, le ofrecen hacer de sparring a cambio de dinero. Cuando llega el momento descubre que va a pelear contra su hijo Toni. Víctor no quiere que su hijo boxee y acabe como él.