Aimé comienza el día con mal pie: a primera hora se le muere una joven posiblemente por rabia. Un antiguo donante le ha podido contagiar esa rara enfermedad al implantarle un órgano y, al ser coordinador de trasplantes, él es el máximo responsable.
Por otra parte, el equipo del Samur acude a un piso donde ha habido una explosión. Allí se encuentran los bomberos, incluido Pablo, el joven que dice estar en deuda con Rober. Cueste lo que cueste el chico va a cumplir su compromiso, aunque para ello primero tenga que poner en peligro al propio médico.
En otro de los casos, Laura lleva a Lola al Central. Es su vecina, una prostituta que ha sido arrojada por las escaleras por un cliente. Antonio, el agresor, llega al hospital para explicarse.
Javier quiere acabar bien con respecto a Laura. Siente que seguir con ella es un error y pide a Héctor que sea su nuevo adjunto. Por otro lado, hay una nueva alta en la plantilla. Se trata de Carlos, el psicólogo.
Lidia, miembro del cuerpo de Policía montada, sufre un desmayo durante una persecución. Su marido Sergio ya le ha avisado en varias ocasiones de que no quiere que se dedique a un trabajo tan arriesgado.
El doctor Vilches se entera de que un compañero suyo sufre una enfermedad mortal. Cruz le intenta convencer para que le dedique unas palabras pero él no encuentra el modo.
Por último, en el hospital se celebra la campaña de hábitos nutricionales en los niños. Maca está totalmente desbordada y comienza a sentirse mal, pero no es precisamente por el exceso de trabajo.