En busca de más tiempo para sí mismo, Dávila ha decidido dejar la dirección de urgencias. Al primero a quien le ofrece el puesto es a Vilches, pero éste rechaza la oferta. Dávila, que ya lo tenía previsto, se lo ofrece a Cruz, y ella no se lo piensa dos veces.
Unos quinceañeros hacen cola en la puerta de una discoteca. Uno de ellos llamado Víctor sufre acoso y burlas por parte del resto. Incluso Gloria, una chica que trabaja de gogó en el local, también le toma el pelo. Para colmo, el portero no le deja entrar en la discoteca. Víctor no aguanta más y vuelve de casa con una pistola.
En este día de luna llena, Laura ha de atender a Alberto. Un tipo, que a pesar de tener sólo un pequeño problema en el hombro quiere ingresar. Laura le da el alta, pero éste se busca la forma de al menos pasar la noche aquí. En realidad, cree que cuando sean las doce puede volverse peligroso y pide que le aten.
En este capítulo Esther llaga tarde así que es la última en enterarse de que su madre se ha caído y se ha roto la cadera. Han de operarla de inmediato y ya que es una intervención normalmente sencilla, Esther se plantea aprovechar la situación e informar a su madre de su situación con Maca.
Marga, una mujer de cuarenta años, ayuda como puede a llegar al hospital a su padre llamado Bernardo. Ella cree que por equivocación ha ingerido el doble de las pastillas que debía. Sin embargo, Héctor descubre que se ha tomado hasta más de cuatro veces su dosis.