Los médicos de urgencias del Hospital Central van a tener que enfrentarse a una jornada repleta de casos extravagantes.
Aimé atenderá a Martín, un señor que parece interesarse sólo por el papeleo que le acarrea la muerte de su esposa a pesar de que se les veía muy unidos. Más tarde, también tendrá que atender a un viejo gruñón llamado Fernando que sólo se interesa por el bolso de su esposa Leonor aún cuando la vida de ésta pende de un hilo.
El matrimonio tuvo un accidente de tráfico. Fernando colisionó con otro coche en el que viajaba una pareja con su hija Elena. El padre muere en el acto y la niña se queda en estado de shock. Javier y Laura atenderán a Luisa, la madre, que está en estado crítico.
Otro caso singular es el de Lola, una señora muy supersticiosa, empeñada en que sus dolores se producen a causa de un 'mal de ojo'.
Javier, que últimamente pasa mucho tiempo junto a Laura, detecta en una paciente llamada Reme otra irregularidad del Doctor Adrados (imagen superior). Dávila averiguará qué ocurre.
Por otro lado, se acercan unos días de puente y el personal de urgencias revisa las guardias para aprovechar las vacaciones. Esther consigue un hueco para irse con Maca a París pero la pediatra continúa desilusionada. Puede que se acerque el fin de una relación.
Héctor, ilusionado con la llegada de su hija desde Argentina, tendrá que luchar para demostrar que la distancia no siempre es el olvido.