A falta del amor de Neleta, carente del abrigo y la alegría de la taberna,Tonet, vuelve a la barraca de su padre y al trabajo. En tanto, Cañamel se encuentra cada vez más enfermo. Para ser mejor atendido, se traslada a Ruzafa. Al enterarse Neleta de que la cuñada de Cañamel también está en el pueblo, enfurecida, marcha a Ruzafa y la echa del lado de su marido. A Solas con su agonizante esposo, Neleta averigua el contenido de su testamento, en el que ella figura como heredera universal, siempre que permanezca viuda o no vuelva a tener más amores.