En Santiago de Chile viven 6 millones de personas, la mitad de toda la población chilena. Sus calles están plagadas de vendedores ambulantes, predicadores que buscan adeptos en cada plaza y artistas callejeros. Los parados cada mañana se sitúan en los aledaños de la Catedral, en el centro de la ciudad, en busca de un trabajo. Durante horas esperan que los empresarios aparezcan en su coche con una oferta, "el sueldo medio se sitúa entre los 150 y los 200 euros". Antes de entrar a la oficina los santiaguinos toman café pero aquí se sirve con piernas. "Son los cafés ligeros, barras bajas y camareras con interminables curvas". El primer café fue el mítico "Haití" con 100 años de vida. "En los cafés picantes cambian el vestido por el tanga".