El jueves 21 de febrero de 2008, una señora filipina que trabajaba en labores de limpieza, hizo un macabro hallazgo en un apartamento de Barcelona. En el sofá de la sala, yacía el cuerpo de una mujer, desnuda y con una bolsa de plástico en la cabeza cerrada con cinta aislante. La joven Ana estaba muerta y casi no había pistas. Excepto por una: se encontró una peluca en el apartamento. La mañana del mismo día del asesinato, una cámara de vigilancia de un banco había captado unos imagines que mostraba a una persona que no era Ana, usando esa misma peluca y la tarjeta de crédito de Ana. ¿Pero quién estaba detrás del asesinato?