El mar del Norte se asemeja a un gigantesco cementerio de barcos y aviones: unos diez mil pecios de buques de guerra yacen en el fondo marino; entre ellos, casi setecientos tienen munición oxidada que podría explotar. De estos pecios se desprenden a veces sustancias muy tóxicas, que contaminan el medio ambiente y pueden envenenar al ser humano. Una investigación escalofriante sobre un peligroso legado.