Desde Potes al mar hay que seguir el rio Deva. En Potes te encaras a una villa que encierra, en sus proximidades, el hermoso lugar de Puente Dé, uno de esos rincones increíbles por el trazado de sus riscos y montañas, y te topas con el recinto de los Camachos, donde puedes beber un excelente orujo o comer un increíble cocido montañés. Luego debes atravesar el estrecho de la Hermida para llegar a Panes, donde el río se remansa, el valle se abre y los amigos te saludan con esa cordialidad tan asturiana. Todo es bravo en ese entorno, y a pesar de la suavidad de los praderíos, las crestas de los picos le dan al entorno un aspeto altivo y grandioso.