La muerte de Aurora y el asesinato de Aganzo no sólo echan por tierra la investigación de Ballester, sino que dejan claro que Job es más fuerte y peligroso de lo que nadie podría sospechar: su velocidad de reacción es asombrosa, su capacidad para burlar cualquier dispositivo de seguridad es casi ilimitada y su acción resulta siempre letal. La jueza, ya inhabilitada, se ve obligada a trabajar fuera de los juzgados para llegar al final del camino. Para ello, contará con la ayuda inesperada del hombre de confianza de Job. Sin embargo, Pablo, al que han amenazado con matar a su novia, se convertirá en un nuevo escollo. Ballester, con la inestimable ayuda de Sonia e Isabel, descubre por fin la identidad de Job y todo su mundo se tambalea. Ahora ya sabe por qué Espinosa fue eliminado, entiende al fin por qué Job tenía tanta influencia en diversos ámbitos y círculos de poder y comprende por qué no asesinó a Joaquín de la Torre cuando tuvo la ocasión.