Tras escuchar a escondidas una conversación, Gonzalo deduce erróneamente que a Carlota le quedan ocho meses de vida y, conmocionado, decide proporcionarle todo tipo de cuidados durante el tiempo que le queda en este mundo. Ella no termina de comprender a qué se deben tantas atenciones por parte de su ex, y empieza a sospechar que Gonzalo se ha enterado de que en unos meses va a ser padre. Por otro lado, Sergio se enzarza en un pique dialéctico con el frutero, provocado por la plaza de aparcamiento para minusválidos que éste ha conseguido por su cojera. La plaza impide que las furgonetas puedan aparcar frente al bar, y Sergio se tiene que herniar descargando mercancía. Conocedor de que el frutero tiene aracnofobia, Sergio se venga dejando una araña encima de la barra y quitándole las muletas para que no pueda escapar. Por su parte, Diana se encuentra más sola, pues Nieves sigue en Bruselas ocupada en sus compromisos militares. Entonces aparece Sandra (Esther Arroyo), una ex compañera de colegio de Diana y a la que ésta recordaba como una joven poco agraciada. Su sorpresa es mayúscula cuando descubre que Sandra es ahora una lesbiana muy atractiva que ha trabajado como stripper y que quiere ligar con ella.