Paco descubre su definitiva vocación: la de Guardia de Seguridad. Para sorpresa de todos supera las pruebas y consigue el puesto, pensando en lo que ligará con el uniforme. En su primer día de trabajo disuelve un tumulto formado en el bar en torno al mismísimo Miguel Bosé. Y después de ver cumplido su sueño de ligarse a Rocío, una amiga de Laura cuya belleza hacía tartamudear a David, Paco pasa la peor noche de su vida en el desguace, luchando contra el miedo a los traficantes de recambios que sus amigos se han inventado con la única intención de asustarlo. Los chicos se apuestan con las chicas que son capaces de demostrar que no están obsesionados por el sexo y pueden renunciar a las proposiciones de las mujeres. Sólo que, la primera noche, Richardd se liga a la rubia del bar a la que todos veneran. Como Laura ve la firmeza de David en torno a la apuesta, le pone a prueba trayendo a casa a Rocío, la chica que le gusta. Y David está a punto de ligársela, sólo que Richardd se le adelanta. Tras una discusión, Laura y David cambian la apuesta: ahora se trata de ver quién liga antes. Carlota y Laura buscan un chico que les convenza. Ven en el bar a Miguel Bosé y Laura se le insinúa. David, al ver peligrar su apuesta, pregona la presencia del artista y Paco, que debuta como Guardia de Seguridad, no duda en echar al cantante, centro del tumulto que se forma en el bar. Cuando David y Laura planean anular la apuesta, llega un pletórico Paco, que anuncia triunfal su affair con Rocío. Ante la inminente puesta en venta del bar, Gonzalo propone a Carlota que avale el préstamo que piensa pedir para comprarlo. Mientras Carlota planea las reformas a hacer en el local, llaman del banco para denegar a Gonzalo el crédito. Richardd propone que Gonzalo venda su casa y compre el bar, reformándolo de modo que pueda también vivir en él. Gonzalo se muestra feliz de poder ser su propio jefe, aunque es Carlota la que ejerce como verdadera jefa.