Han pasado ya unos días desde que las mujeres se marcharon de Bernuy. Una de las condiciones para llevar a cabo esta experiencia es que, a la marcha de las mujeres, las neveras quedaran completamente vacías. Así que, hacer la compra y cocinar es una de las preocupaciones de los hombres que se han quedado. Algunos, para llevarlo mejor, han decidido apoyarse entre ellos.
Ningún hombre de Bernuy imagina la sorpresa que va a recibir. Por primera y única vez desde que arrancó la experiencia las mujeres tendrán la oportunidad de llamar a casa y hablar con sus familias. Será una tarde para la sorpresa, la emotividad y en algunos casos un poco de desconcierto.
7 días sin ellas afronta su recta final después de casi una semana de separación, que han sido días de aprendizaje y descubrimientos, de nuevas aventuras y emociones. En casa de Héctor y Jesús la semana de estrecha convivencia acaba en castigo por culpa de los deberes y arruina una noche de pizzas y pelis con sus vecinos, los hijos de Sergio. Alberto está al límite de sus fuerzas y Jorge aprovecha que su madre no está para conseguir de su padre un capricho prohibido. Se acaba la semana y ellos tienen una prioridad: terminar el proyecto de la mancomunidad. Los trabajos en equipo generan algún roce y Luis se enfada con el grupo. En Almería las mujeres apuran sus últimas horas juntas con un juego sobre roles de género que genera reflexiones sorprendentes para alguna. Un cóctel y un concierto junto a la playa sacan a flote las emociones y ponen broche final a esta aventura. Pero aún queda lo mejor: el reencuentro.