Mauro y Soledad, cada uno desde su lado del mundo, deben enfrentarse a sus nuevas situaciones. Mauro sabe que la próxima boda de su hija Mariana podría peligrar, por lo que debe ocultar su falta de dinero a la sociedad mejicana hasta después de la ceremonia. Por su parte, Soledad deberá enfrentarse a su pasado cuando su primo Gustavo se presenta en Londres e intenta retomar su romance de juventud.
Tras su terrible decisión de invertir en el negocio del barco de esclavos, Mauro debe lidiar con las consecuencias morales. Finalmente, decide que traicionará a Carola y colaborará con los abolicionistas para que los esclavos no puedan ser vendidos. Por su parte, Soledad tendrá que enfrentarse a su hijastro, Alan, a quien debe ocultar la enfermedad mental de Edward.
La muerte de Luis impacta profundamente en todos los personajes, tanto en Cuba como en Londres. Mauro y Gustavo se enzarzan en una partida de billar, de la que dependen sus respectivos futuros. Sol decide que Edward y ella deben huir de Londres a Jerez antes de que Alan incapacite a su marido y se quede con toda la fortuna familiar.
La llegada de Carola Gorostiza a desde La Habana pone en jaque a Mauro y a Sol, que se ven obligados a retenerla para que no pueda amenazarles. Pero Carola no será la única amenaza a la que tendrán que enfrentarse nuestros protagonistas. La aparición de Alan Claydon pondrá en peligro la vida de Soledad, cuando la amenace para conseguir el dinero de la herencia.
Tras salvar a Sol de la amenaza de Alan, Mauro acelerará la venta de La Templanza. Por otro lado, para proteger a Edward de su hijo, Soledad encontrará un escondite perfecto para su marido: el convento en el que vive recluida Inés. Pero Sol no imagina que ha colocado a su marido en manos de un riesgo mayor, ya que se reavivarán las llamas de un antiguo amor con imprevisibles consecuencias.
Un terrible enfrentamiento entre Mauro y su hijo provocará una ruptura que Carola Gorostiza aprovechará para recuperar las posesiones a las que cree tener derecho. Por otro lado, Soledad, incapaz de asumir las consecuencias de su encuentro amoroso con Mauro, decidirá huir de Jerez llevándose a su marido.
Tras ser responsable de la muerte de Santos Huesos, Alan Claydon descubre el paradero de Edward. Alan realiza una última acción desesperada y, para obligarle a salir, prende fuego al convento donde se encuentre. Sol y Mauro se jugarán la vida para intentar salvarle. ¿Lo conseguirán… O pagarán con su vida por intentarlo?