Capítulo 34 Adiós sapo! Con Arteaga no se juega; Ardilla es descubierto por Toxina y Arteaga no le perdona la vida.
El Guarro previno a Toxina de que Ardilla era el posible infiltrado de la Procuraduría. Toxina lo corroboró tomándole unas fotos en plena reunión con el agente Medina.