María Elsa llamó a su casa para avisar que había llegado bien, pero lamentablemente su llamada fue interrumpida por una de las religiosas y luego fue bañada en una tina con agua fría. A pesar de las quejas de la joven, las monjas continuaron con su ritual de reformación. Isabel no pudo evitar que Gerardo la acompañara a la oficina de la policía, por lo que al llegar el investigador expuso su conexión con el detective frente a su marido y finalmente tuvo que confesar que lo conocía. Aun así, no dijo completamente la verdad acerca de la naturaleza de su relación. Estela sorprendió a Armando y Ángela in fraganti teniendo sexo en su lugar frecuente de encuentros amorosos. Tras ser descubiertos, ambos intentaron explicarle la situación, pero ella no les dio tregua e incluso golpeó a la amante de su esposo, dejándola gravemente herida.