Antonio y Rafael lloran la muerte de Angi. Llegan luego Emilia y Martín, quienes también se sorprenden. El gran maestre anuncia una maldición sobre el pueblo: la única manera de evitarla es sacrificar doce personas que serán marcadas por el forastero (Antonio). Comienza la cosecha de uvas en el pueblo. Mercedes entra al pueblo apresada por Vicente. La gente la repudia y la apedrea. Delicia se sorprende de ver a su hija nuevamente detenida. Le suplica a la gente que no la castiguen más pero es ella quien recibe una piedra en la cabeza. Delicia se desmaya y Frida, la enfermera de Martín, se la lleva al consultorio. Octavio está como loco: no se suponía que el cuerpo de Angi iba a ser encontrado. Reprende a Cosme por su mal trabajo pero este le cuenta que Mercedes estaba en el momento menos indicado: tienen la coartada perfecta para inculparla. Emilia se enfrenta con Octavio por diferentes criterios para manejar la bodega. Emilia, además, defiende el puesto de trabajo de Lucas y Delicia. Antonio descree que Mercedes sea la culpable de la muerte de Angi. Exige verla en la comisaría pero se encuentra con que Martín se la llevo. Finalmente, Mercedes se presenta ante Antonio. Le cuenta su historia y le jura que es inocente. Se pone a su disposición para que la entregue. Pero Antonio decide dejarla ir. Emilia cree que Lucas y Delicia esconden a Mercedes (que está prófuga para todos) y hace un escándalo, arrepintiéndose de haberles dado trabajo. Martín le exige a Octavio la libertad de Mercedes. Lo amenaza con contar la verdad sobre la muerte de Angi. Sorpresivamente, descubrimos que Martín también forma parte de la logia. Octavio y Regina callan que hace 32 años tuvieron un hijo a pesar de que las relaciones entre los miembros de la logia están prohibidas. Regina le jura a Octavio que mató a ese bebé, pero en realidad lo entregó a penas nacido a una pareja de campesinos golondrinas para que se lo llevaran lejos. Cosme, enamorado, conserva el camafe