El capítulo explica cómo Roma sirvió de modelo para la fundación del resto de ciudades del Imperio y cómo se fundaba una ciudad: la decisión de la ubicación, los rituales, el marcado de su perímetro, la parcelación o el reparto entre los colonos. En Ciudades II aparecen los yacimientos de los Bañales, Itálica, Ampurias, Zaragoza, Lisboa y Coímbra.