Ana da a luz. Es madre de un niño a quien pone de nombre Nicolás, en honor a su abuelo. Mientras, en la sala de espera, David y Fernando aguardan nerviosos. Rivalizan entre sí por ver quién de los dos demuestra mayor interés. Esta preocupación por el recién nacido y por la madre despierta las suspicacias y los comentarios maliciosos de las enfermeras. Ana está muy feliz con el nacimiento de su hijo. Ahora sólo lamenta no haber impedido que Carmen embarcara en el vuelo a Viena. Ya no alberga duda alguna de que es su madre.