Un grupo de indignados que protestan para evitar un desahucio acampan junto al bar de Lola. Ésta ve la oportunidad de hacer negocio con ellos, pero su idea se trunca cuando el desahucio se paraliza. Lola tendrá que hacer uso del ingenio para no perder a tantos clientes. Oli está viviendo una relación perfecta con un informático hasta que descubre que el chico tiene problemas de erección. El novio, agobiado, decide utilizar unas pastillas para solucionar su problema, decisión que acarreará unas consecuencias totalmente impredecibles. Nata se ha enamorado de Jorge. Al comprobar que él no se fija en ella, decide hacerle creer que está siendo amenazada por un acosador que, haciéndose pasara por productor, quiere conseguir fotos de ella ligerita de ropa. En la comisaría, Agus continúa con la valoración psicológica de los agentes. Como no consigue completar sus informes, se le ocurre reunirlos en un paintball. Una idea que terminará poniendo en peligro su vida, pero abriendo una nueva puerta al amor.