Si en tu adolescencia no tenías tantas ganas de bailar como se supone que tienes que tener a esa edad, tranqui, ahora vas a poder hacerlo con tres videos que aunque puedan parecer lejanos tienen un punto en común: las ganas de desatar una euforia desmedida en la que a los que no están, se respetan, y a los que sí, se veneran. Contamos con tus pies para bailar sin parar.