Javier Giner decide abandonar voluntariamente el centro de desintoxicación en el que está ingresado.
Javier reingresa en la clínica de desintoxicación varias semanas después de haber salido de ella.
Tras mes y medio ingresado, Javier está adaptado a la clínica. La llegada de Lola rompe la calma.
Javier es veterano y, como tal, se encarga de acoger a Iker, un joven paciente adicto al chemsex.
Javier analiza junto a su psicólogo la segunda salida familiar durante su ingreso.
Javier ha recibido el alta terapéutica y está listo para abandonar la clínica.