With Max in the hospital, Oskar is racked with guilt but is determined to unmask the traitor in the heart of the Austrian establishment. He realises just how powerful this enemy is when he finds himself framed for murder.
Con Max en el hospital, Oskar se siente culpable, pero está decidido a desenmascarar al traidor en el corazón de la clase dirigente austriaca. Se da cuenta de lo poderoso que es este enemigo cuando se ve inculpado de asesinato.