Donald Trump construyó la popularidad que luego le llevó al poder con fama de empresario de éxito, aunque en realidad consiguió salir a flote de las sucesivas quiebras a las que llevó a sus empresas gracias a los millones de su padre. Ese empresario ahora gobierna Estados Unidos siguiendo el mismo esquema de gestión de una mala empresa familiar. Pero Trump está descubriendo que la Casa Blanca no es el ático de la Torre Trump, los mercados no son sindicatos y Putin no es un concejal al que presionar para levantar un hotel. Hablamos con Antònia Crespí, que escribe desde Washington para elDiario.es, sobre cómo la realidad global está desbaratando esa estrategia de Donald Trump. Con Blas Moreno, codirector de El Orden Mundial, nos detenemos en los motivos por los que Trump no consigue que Ucrania y Rusia firmen un acuerdo de paz, al contrario de lo que prometió.