En España, históricamente, las personas elegidas para gestionar la sanidad pública proceden del mismo sistema público. Suelen ser profesionales médicos que llevan toda su vida laboral en los servicios de salud que, en un momento dado, asumen más responsabilidades. Esto es así tanto en gobiernos de izquierdas como en comunidades donde gobierna la derecha. Pero en algunos sitios esta tendencia empieza a cambiar, y no solo en las mecas de la privatización sanitaria, que son la Comunidad Valenciana o Madrid. Justo en un momento de máxima tensión entre lo público y lo privado, después de los recortes de 2012 y la pandemia de 2020, algunos gobiernos autonómicos están poniendo a gestionar la sanidad pública a personas que vienen de la sanidad privada. De empresas que superan cada año sus cifras de facturación por la contratación de seguros privados de salud, y también, por las adjudicaciones a dedo de esas administraciones públicas para que alivien unas listas de espera desbordadas. Hablamos