Casasola, alias "El Poeta" descubre los restos de un individuo. En el Museo del Templo Mayor, Elisa descubre horrorizada que hay restos humanos recientes en un altar ceremonial.
Edith y Mejía van al Templo Mayor. Casasola y Quintana reciben pistas de una nueva nota roja. En el Palacio del Arzobispado, aparece un cuchillo ceremonial, ensangrentado, sobre una antigua biblia.
Elisa pone un altar, sin saber que la Bruja ha entrado a su casa. Elisa se percata de que detrás de los crímenes hay un patrón. Casasola logra deducir que debería haber un nuevo sacrificio. La Bruja la conduce Elisa un lugar donde todo es oscuridad.
En la madrugada, los guardias del metro ven a alguien en los túneles. Revisando los vídeos, Mondragón y Casasola dan con El Santuario del asesino. Casasola tiene pesadillas controladas por la Bruja.
Un cuerpo aparece en la Isla de las Muñecas, aumentando la relevancia del caso. Mejía y Mondragón se dan cuenta que Casasola creó la teoría del asesino ritual y los distrajo con sus especulaciones.
Casasola queda en libertad, pues las pruebas que lo acusan son circunstanciales y descubre la conexión entre las víctimas. Afuera de una cantina del Centro Histórico hay una extraña procesión de vagabundos.
El Capitán Peña le pide a Mondragón que resuelva el caso en 24 horas. Casasola descubre una gruta donde se encuentra una guarida con las cinco cabezas de las víctimas decapitadas del asesino ritual.
El Capitán Peña presiona a Mondragón para que encuentre al asesino. Le informan al Ministro que la Bruja ha sido capturada. En el cielo, pasa un cometa: el penúltimo presagio.
El Capitán Peña le pide a Mondragón que se retire del caso. Elisa le comenta a Casasola que ya sólo falta el presagio de 'una madre que llora' en alusión al orígen del mito de la Llorona.
La Bruja roba el Códice Borgia, el cual tiene el conjuro que abrirá el portal a los dioses. Casasola llega al Templo Mayor, donde está la piedra de Tlahtecutli.