When two Remnant members are charged with murder, Gwen rallies her congregation to defend against claims of abuse. As former church members recount their chilling experiences, another tragedy threatens to upend the future of the church.
Cuando denuncian a dos miembros de la iglesia por asesinar a su hijo, salen a la luz las acusaciones de abuso, además de pruebas que sugieren que la iglesia apoyó económicamente a la defensa.