Toni está decidido a casarse con Clara y a enfrentarse al mundo entero si hace falta. Pero Clara, a pesar de que le quiere, sabe a lo que se exponen y le pide prudencia. Juntos acuden a pedir consejo el cura Eugenio. Éste es la única persona que está al corriente de su relación, aunque la extraña actitud de ambos comienza a levantar sospechas en sus respectivos entornos familiares, sobre todo en Federico. Don Pablo tiene entre manos uno de sus chanchullos habituales y quiere poner a todo el taller de confección a coser camisas para la policía urbana. Los beneficios prometen ser pingües, pero la naturaleza del negocio choca frontalmente con las ideas de Mercedes. En su nueva pugna, los dos quieren hacerse con el apoyo de Antonio, pero éste tiene otro motivo de preocupación... En la boutique Meyni surgen de nuevo los problemas. Herminia, que está muy a gusto en su papel de encargada de la tienda, pide a su hija que le ponga un sueldo. Por su parte, Valentina y Pili no se quedan atrás: quieren un aumento. Carlos, Luis y Josete se enteran de que los padres de su compañero Jacobo se han separado. En contra de lo que sucede ahora, a finales de 1970 eran muy pocos los matrimonios que, aún llevándose a matar, llegaban a ese extremo. Carlitos, que ve a Jacobo muy triste, intenta ayudarle a su manera, al tiempo que se aterra al pensar que sus padres puedan también separarse.