El primero de mayo de 1975 los Alcántara descubren una España con signos de cambio. Recién llegados de París, Antonio y Mercedes se encuentran con un panorama que anuncia un futuro cargado de nuevos retos. En un ambiente de reivindicaciones sociales, el Día Internacional del Trabajador marcará este devenir de los Alcántara, siempre acompañado de saltos y trompicones. Uno de los tropezones más grandes será el de Antonio que, por culpa de unos panfletos, se ve obligado a tomar una drástica y dolorosa decisión en la imprenta. Esos mismos panfletos hacen que Carlitos, casi sin querer, se acerque a la Joven Guardia Roja, una organización política de inspiración maoísta. Mercedes busca su propio camino como mujer y como empresaria. Respaldada por la nueva “ley de la mayoría de edad de la mujer casada”, se enfrenta a la crítica situación de su querida pero poco rentable “Meyni”. Con la ayuda de Pili, y el apoyo incondicional de su madre, dará un paso definitivo que la trasladará a los que fueron sus orígenes empresariales en el barrio de San Genaro. Mientras el matrimonio Alcántara acepta su nueva condición –Mercedes y Antonio ya son abuelos-, el mayor de sus hijos parece haber encontrado la estabilidad. La pasión y la entrega con la que Toni realiza su trabajo en el diario “Pueblo” se mantiene tan intensa como su relación con Juana. Pero como dice el refrán “lo bueno dura poco…” y las sorpresas en la familia Alcántara serán frecuentes. Y para sorpresa, la de Paquita, que con Miguel en Francia, y su cabeza sin parar de imaginar cosas horribles, ha decidido independizarse y empezar una nueva vida.