A los españoles nos gusta comer bien y disfrutar de nuestra gastronomía, tan laureada tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. El país cuenta con cerca de trescientos mil restaurantes a los que acudimos con mucha regularidad gastándonos en comida unos 1.000 euros al año por persona. La mayoría de los consumidores valora que la comida que le están sirviendo en un restaurante sea casera y la hayan cocinado allí. ¿Comemos comida casera o precocinada en los restaurantes?,¿sabemos realmente lo que comemos?, ¿son honestos los camareros?, ¿nos dicen la verdad cuando preguntamos si, por ejemplo, las croquetas son caseras o esa deliciosa carne del menú está recién preparada en la cocina del restaurante? En los últimos años un nuevo modelo de negocio se ha ido asentando poco a poco entre nuestros restaurantes. Se trata de los restaurantes que sirven comida de Quinta Gama, un concepto prácticamente desconocido para el consumidor, pero que cada vez está más presente entre nosotros. La comida de Quinta Gama no es otra cosa que la comida precocinada lista para calentar y servir. Cada vez está más extendida, tanto que a lo largo del programa vamos a descubrir que hay restaurantes donde ni siquiera tienen cocina, porque todo lo que se come allí viene elaborado desde una cocina central o una fábrica. Cocineros de la talla de Abraham García del restaurante Viridiana o Juanjo López de la Tasquita de Enfrente reivindican delante de las cámaras del programa “la honestidad del restaurador”. “No podemos engañar al cliente haciéndole creer que todo lo que come en un restaurante se ha cocinado allí cuando hay veces que el 100 por cien de lo que oferta la carta es precocinado”. Pero entonces, ¿cuándo nos sentamos a comer en un restaurante cómo diferenciamos si un plato lo han hecho en el restaurante o simplemente allí lo han calentado? ¿Cómo sabemos que nos están sirviendo comida de quinta gama? ¿Nos dicen la verdad cuando preguntamos si la comida es casera? ¿están los restaurantes ocu