Una inesperada ausencia descoloca a Andrés en un momento clave para la fábrica. La salud de Don Pedro pone en jaque la estructura de poder familiar. La llegada de unos visitantes oficiales genera inquietud y temor en varios frentes. Una conversación íntima revela el impacto emocional de un beso que parecía superado. La presión financiera alcanza un nuevo nivel, y ciertas decisiones podrían tener consecuencias irreversibles. Dos personajes mantienen un pulso por el control sobre el futuro de Tasio, cada uno con intereses cruzados. Una confesión repentina cambia el tono de la relación entre Luis y Cristina, que ya venía tambaleándose. Las diferencias irreconciliables entre Andrés y María estallan, dejando secuelas personales y profesionales.