Matilde acepta la idea de casarse con Íñigo, pero sólo con la condición de que le quede tiempo para poder proseguir con sus estudios. Esperanza ya ha anunciado que para el evento se pondrá un vestido que se hizo hace diez años. Mientras tanto, Emilio se muestra frente a Íñigo inquieto a causa de la tropelía a la que Bernabé le ha empujado a cometer en el Madrid Cabaret. Así de esta forma es posible que consiga ayudar a su hermano Raimundo sacándolo del país, y también de paso lograr que deje en paz a Inés. A su vez, la propia Inés aconseja a su hermana Laurita que no desprecie las ofertas que pueda recibir para crear anuncios. Las intenciones de Aguirre con don Fermín, dinero mediante, no son todo lo cercanas que el dueño del Salón de té cree, y don Cecilio no le quiere soltar más cuartos a Marta para que después se los entregue a su tío Higinio.