José María Ruiz-Mateos agrede al exministro Miguel Boyer en los juzgados, al grito de "¡Que te pego, leche!" y comienza una guerra contra el estado.
Ruiz-Mateos atormenta a los responsables de la expropiación de Rumasa con noticias falsas y escapa disfrazado de la Audiencia Nacional.
Ruiz-Mateos recurre al esperpento para conquistar los medios de comunicación y mantener viva la llama de Rumasa, aunque sea disfrazado de Superman.
Lanzan una campaña publicitaria para que miles de personas inviertan en Nueva Rumasa. Perdieron todos sus ahorros. Diez años después de la catástrofe, el caso sigue sin juzgar y nadie sabe dónde está el dinero.