La expedición de Mars Prima, compuesta por 136 colonos, intenta huir de Marte después de más de ocho meses. Solo 23 retornan. Se introduce la figura de un psicólogo, Román, encargado de la reinserción de los retornados.
Se plantea la posibilidad de que uno de los retornados esté pensando en cometer un acto cuestionable, y Román se pregunta si debe romper el pacto de confidencialidad paciente-terapeuta.
Se sugiere un posible sabotaje por parte de uno de los retornados, manipulando los niveles de nitrógeno en la computadora central.
Se introduce una pintura que evoca recuerdos de la infancia de uno de los retornados, planteando la posibilidad de que no sean los primeros en intentar colonizar.
Se describe el caos y el pánico que se desató cuando se produjo un corte de electricidad y las luces de emergencia se encendieron, sumiendo a los retornados en la oscuridad.
Román y Foster tienen una conversación al borde del abismo, donde Foster se encuentra en una situación peligrosa.
Se exploran los dibujos de la infancia de los retornados y se plantea la cuestión de si vale la pena invertir recursos en la colonización de otros planetas cuando la Tierra necesita atención.