Margarita, encerrada en el refugio, no acude a su boda con Juan. El médico, decepcionado, decide visitar a Eugenia, una amiga de la infancia de carácter rebelde y vital, poco acorde con la clase social a la que pertenece. La aristócrata y Juan fueron novios siendo muy jóvenes, pero la relación nunca se formalizó. Los campesinos, enloquecidos por la inminencia del Apocalipsis y el ansia de venganza, han tomado el palacio y mantienen secuestradas a las mujeres. Lucrecia, Nuño, Irene, Catalina y el resto de las criadas son sometidas a toda clase de juegos macabros, mientras esperan una ayuda que no llega. Margarita y Alonso continúan en el refugio subterráneo en el que se han encerrado para salvarse del fin del mundo. La escalera que conduce al exterior se rompe y les resulta imposible salir. Solo Satur sabe dónde están, pero un percance en la cabeza, le causa una leve amnesia que le impide ayudar a Águila Roja a encontrar a su familia. Pero, un golpe de suerte inesperado, efectua a Gonzalo a encontrar a Alonso y Margarita, tras la salvación, el oso se acerca, el cuál es ahuyentado por Gonzalo. Gonzalo y Satúr, se dirigen a la iglesia, dónde descubren que la virgen lloraba sangre por culpa de una lanza que lanzó Sátur, la que mató a una rata, y la sangre cayó sobre las mejillas de la virgen. Tras resolver el misterio, Sátur decide marchar, cuándo las palabras de Gonzalo hacen que recobre la memoria.