Un día nos dimos la palabra de que lo que había pasado entre nosotras se iría a la tumba con ellas y con nosotras. Y es verdad, el polígrafo no miente. Rímel y castigo y nosotras, las ¿Puedo hablar! –y lamentamos que no nos hayan gustado las mujeres porque habríamos sido más felices– hemos tenido una tarde _de amor_