Como dice un refrán, “ni sin yunque el herrero, ni sin banco el carpintero”. Los asesinos en serie, como cualquier otra disciplina, requieren unas herramientas determinadas, y estas suelen ser menos extravagantes que en los filmes gore. Manos, machetes o martillos; veneno o balacera. En el quinto episodio juzgamos el instrumental de Lizzy Borden, el Hachero de New Orleans, Harvey “The hammer” Carignan, los repelentes Dnepropetrokvsk Maniacs o el prolífico y siniestro Dr.Shipman.