Sin Joao en casa, Andrés está entregado a la neurosis y a la limpieza compulsiva. William, preocupado, acude a los amigos para programar un partido de fútbol y así distraerlo. Pero tanto Andrés como William reconocen que ya no son los de antes y necesitan otras soluciones. Andrés busca el desahogo en la fiesta y William, que lo acompaña para consolarlo, se reencuentra con Mariana.