El 16 de marzo de 2011 el cuerpo de Amaia Azkue aparece flotando en el embalse de Ibai Eder, en Guipuzkoa. La Ertzaintza reconstruye las últimas horas de esta mujer, madre de dos niñas, para saber quién y por qué la ha matado. De entre las pruebas recogidas solo una llevará a la Policía Científica hasta el culpable.