Un operativo formado por 30 agentes se dispone a realizar un registro en un punto de venta de droga de la Cañada Real Galiana. “Asaltan” la casa de forma sorpresiva y coordinada. Pese a la sensación de caos, la intervención está medida y controlada. Pero los presuntos traficantes son también precavidos, han colocado señuelos para desviar su atención. Quien también actúa de forma coordinada son los miembros de bandas callejeras. Un menor de origen peruano ha recibido cinco puñaladas por sorpresa. La víctima tiene antecedentes y pertenece a la banda latina ‘los ñetas’, y sus agresores miembros de una banda rival, los ‘Dominican don’t play’. El chico es trasladado al hospital con pronóstico reservado. La necesidad lleva a gente a cometer pequeños robos. En este caso, una pareja ha sido sorprendida sustrayendo una furgoneta. Al parecer, su único botín ha sido una caja de herramientas. Su “mala suerte” ha sido que un agente fuera de servicio les ha visto cometer el delito sin que ellos se percatar de su presencia. Pero, los hay que tiene el robo como “oficio”. Bandas de butroneros profesionales y con gran destreza para el crimen. La policía se dirige hacia una farmacia donde aparentemente se está produciendo un robo. Nada parece indicar que así sea. Pero cuando los agentes entran en el establecimiento, todo cambia. Acabamos este programa acompañando a los agentes que vigilan la noche de Parla. Drogas, armas, órdenes de busca y captura, son parte de su rutina.