El viaje suicida del primer “narcosubmarino” incautado en Europa comienza en la selva amazónica, en un astillero clandestino y con una tripulación formada por dos ecuatorianos y un piloto gallego que fue reclutado a última hora.
El submarino sale al Atlántico y antes de llegar a Azores se cruza con la primera de las tormentas que causa la primera avería. Al mismo tiempo, distintas agencias internacionales avisan de que una embarcación inusual se dirige hacia las costas Europeas, comienza la persecución.
La vida en el interior de semisumergible se vuelve inhumana. El primer intento de descargar la cocaína a la altura del Estrecho de Gibraltar falla y la nave toma rumbo norte hacia Galicia hasta la desembocadura del río Miño. Las fuerzas policiales buscan la nave en el océano.
Tras entrar en aguas gallegas, el semisumergible es seguido para abortar cualquier posibilidad de descarga de la droga. Toma rumbo norte y la tripulación intenta una última descarga que es cortada por la presencia de la Guardia Civil. La nave se dirige hacia la ría de Aldán donde la envían al fondo y la tripulación es perseguida en tierra hasta ser detenidos en la zona.