Un atentado terrorista en España sorprende a Daniel, un sicario que fue contratado para matar a Mónica, una mujer mexicana que huyó de su país junto a su hija, dejando atrás su oscuro pasado.
Natalia llama a su madre y le dice que está bien, pero utiliza una frase inusual en ella, como una pista para darle a entender a Mónica que está en peligro.
Mónica se niega a aceptar la ayuda de Daniel, pero al no encontrar suficiente apoyo en las autoridades ni en Álex, Daniel se hace cada vez más imprescindible para ella.
Se filtran a la prensa las fotografías del cadáver de Prats. Mónica pone en peligro su vida por ir tras los secuestradores de su hija. Álex empieza a sospechar de las intenciones de Daniel.
Daniel sabe que Mónica está en peligro de muerte y se obsesiona por protegerla. La pista clave del paradero de Natalia está cada vez más lejos. Natalia llega a su destino final.
Un misterioso sobre amarillo llega a manos de Urrutia. Daniel y Mónica se dirigen al puerto de Algeciras. Aparece un nuevo sospechoso del crimen de Beatriz Prats.
Mónica confirma el destino final de Natalia, mientras su hija intenta escapar. Daniel recuerda el motivo que lo llevó a aceptar matar a Mónica. Velasco investiga a su compañera Urrutia.
Natalia se entera quien ordenó su secuestro. Velasco está convencido de que Urrutia sabe más de lo que aparenta. Álex escribe una carta de despedida para Eli.
Mónica y Daniel llegan al lugar donde ha sido trasladada Natalia. Se arma un tiroteo y Mónica alcanza a ver a su hija enfrentándose cara a cara con su secuestrador.