La archidiócesis ha convocado un concurso de belenes vivientes y Juan Cuesta celebra una junta especial para proponer a los vecinos "participar e impregnarse así del espíritu navideño tan propio de estas fechas ...", además de optar a un premio en metálico de mil quinientos euros para los ganadores. Lucía recibe una enorme cesta de Navidad de regalo de su padre por haber decidido volver a trabajar en su empresa. Emilio la deja en la escalera y, por error, Juan Cuesta piensa que es un regalo del director de su colegio que le va a ascender. Cuando Lucía pregunta por la cesta, los Cuesta ya han dado cuenta sobradamente de ella y, además, los vecinos piden su parte por colaborar a ocultárselo a Lucía. Roberto, picado por Carlos que le culpa de que Lucía se haya rendido y tenga que volver a trabajar con su padre, decide resucitar el restaurante, y junto con José Miguel, Paco, Alex, Natalia y la inestimable colaboración de Mariano como cómico, ponen en marcha un restaurante de comida rápida.