Lo espantoso del asesinato de Imette St. Guillen es que la convirtieron en víctima de lo que intentaba combatir. Alumna condecorada en justicia criminal a punto de graduarse y voluntaria en un centro para mujeres víctimas de abusos sexuales, Imette fue encontrada violada y asesinada a pocos días de su 25º cumpleaños y a pocas semanas de su graduación. Su muerte no sería en vano y llevaría a la creación de leyes y estatutos que previnieran crímenes como el suyo.