Delia Balmer pasó los primeros 30 años de su vida huyendo. Huyendo de sus padres, de su pasado, de su soledad. En 1991, después de vivir en varios continentes, Delia se afinca en Londres, trabaja como enfermera y aquí conoce a John, un carpintero bohemio, artista y viajero con quien terminar compartiendo su vida. 30 años después, Delia sigue maldiciendo el día en el que se conocieron.