Durante los 9 meses que duró su secuestro, la adolescente Elizabeth Smart no perdió la fe de volver algún día con su familia. Tras ser secuestrada de su cama y pasar meses de abusos sexuales, abusos físicos, malos tratos de todo tipo, ser alejada más de 1200km de todo lo que había conocido, su fortaleza y la persistencia de su familia hicieron que ese reencuentro fuera posible.