Asunta Basterra Porto era la niña de anuncio para las adopciones de niños chinos en Galicia. Adoptada por dos profesionales conocidos y pudientes, exhibida con orgullo por su influyente familia, niña de altas capacidades que sobresalía en todo lo que hacía, sería el hallazgo del cadáver de la niña de 12 años lo que haría saltar a la familia, o lo que quedaba de ella, y sus mentiras por los aires.